Esta semana hemos realizado una jornada de sensibilización en el Colegio Miravalles–El Redín (Pamplona) centrada en un tema tan cotidiano como profundo: el privilegio de la educación, de la mano de la Fundación del Valle.
Cuando la educación está “a mano”, es fácil darla por hecha. Pero basta con mirar fuera de nuestro entorno para entender que, para millones de niños y niñas, ir al colegio no es una rutina: es un reto diario.
Sesiones participativas: comparar, cuestionar, comprender
La actividad se desarrolló mediante sesiones dinámicas y participativas, diseñadas para que el alumnado pudiera ponerse en la piel de otros chicos y chicas de su edad en diferentes contextos del mundo.
A través de preguntas, ejemplos reales y ejercicios comparativos, trabajamos situaciones que en muchos países forman parte del día a día:
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Caminos largos (y a veces peligrosos) para llegar a clase.
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Tiempo dedicado a recoger agua o apoyar tareas domésticas esenciales.
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Compatibilizar la escuela con trabajos para ayudar a la economía familiar.
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Barreras de acceso por razones económicas, sociales o de seguridad.
La clave no fue “contarlo”, sino descubrirlo juntos: que el acceso a la educación depende, muchas veces, de circunstancias que nadie elige al nacer.
Del impacto a la acción: ¿qué podemos hacer?
La sesión culminó con una parte especialmente poderosa: convertir la reflexión en propuestas concretas. Entre todos y todas, aterrizamos ideas y acciones posibles para contribuir a que otros niños y niñas puedan ejercer su derecho a la educación.
Porque sensibilizar no es solo emocionar: es activar conciencia con dirección, con la mirada puesta en un futuro más justo.
Educar la mirada para transformar el mundo
Gracias al Colegio Miravalles–El Redín por abrir este espacio de aprendizaje y por apostar por una educación que forma no solo estudiantes, sino también personas críticas, empáticas y comprometidas.
Seguimos trabajando para que la educación no sea un privilegio… sino un derecho garantizado.
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