La cooperación y el desafío de ser eficaces
En 2005, la Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda marcó un antes y un después. Allí se establecieron principios básicos como la alineación de los proyectos con las prioridades de los países receptores y la necesidad de evaluar de manera continua los resultados. Sin embargo, pasar del papel a la práctica sigue siendo un desafío.
¿Por qué la transparencia es tan importante?
Cuando hablamos de transparencia en las ONGD, nos referimos a que tanto donantes como comunidades beneficiarias puedan conocer con claridad:
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cómo se utilizan los recursos,
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qué resultados se están logrando,
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y qué aprendizajes se generan en el camino.
La transparencia no es solo un ejercicio de publicar informes: es un compromiso ético y político con la ciudadanía que confía en nuestro trabajo.
Rendición de cuentas: más allá del requisito formal
Rendir cuentas no debería entenderse como una obligación burocrática para con los financiadores, sino como una actitud permanente de apertura y responsabilidad. Significa escuchar a las comunidades, compartir aciertos y errores, y estar dispuestos a mejorar continuamente.
El papel de los consultores
Es necesario contar con profesionales especializados en evaluación, supervisión y acompañamiento técnico, que marquen la diferencia y le den un valor añadido. Los consultores ayudan a que los proyectos se desarrollen con mayor rigor, garantizando que los recursos se utilicen de forma adecuada y contribuyan a fortalecer la confianza de todas las partes implicadas.
En conclusión
La cooperación internacional necesita avanzar hacia un modelo más responsable, transparente y eficaz. Y eso solo será posible si ONGD, financiadores, comunidades locales y profesionales del sector asumimos la transparencia y la rendición de cuentas como principios de trabajo, no como meros requisitos administrativos.



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