En las últimas semanas hemos podido asistir como Consultora a diversos talleres y jornadas sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS, desde diversos enfoques: desde el sector privado, entidades sociales, universidades y sector público. Es gratificante ver que las entidades sociales cada vez están más comprometidas y concienciadas con los ODS en su trabajo, como los casos de las tres organizaciones que realizaron los eventos: COOPERA en Logroño, Fundación FABRE en Pamplona y Ayuda en Acción en Zaragoza.
Lo que está claro es que los ODS nos afectan a todas las personas si queremos transformar el mundo y tener una mejor calidad de vida. Esto ya no es una cooperación para los países más empobrecidos, sino es para todos los países del mundo que nos afectan, independiente de condiciones económicas, sociales, etc.; lógicamente en los países en vías de desarrollo les afectan más drásticamente algunos aspectos, aunque en otros nos dan mil vueltas a los países «desarrollados» de la vieja Europa, por poner un ejemplo.
Con los ODS se ha roto la lógica Norte-Sur, y no podemos hablar de que haya ningún país suficientemente desarrollado. Todos estamos en este proceso de desarrollo de tantos aspectos que se firmaron en la Agenda 2030, con la concreción de los 17 objetivos de desarrollo sostenible.
Es el momento en el que la ciudadanía tiene que tirar con fuerza para mover al sector público y al sector privado. No se trata ya sólo de hablar de Responsabilidad Social Corporativa, sino que realmente tenemos que involucrar los ODS en todo lo que hacemos; y si lo trabajamos bien nos damos cuenta que tenemos que trabajar todos los ODS, porque todos están relacionados.
Hemos empezado un camino con los ODS que pueden marcarnos la ruta a seguir durante estos años; pero pasa por la concienciación de la sociedad, no en una cosa que se han inventado las ONGs, como si fueran ellas las reponsable de transformar el mundo.
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